domingo, 21 de noviembre de 2010

PRINCIPIO DE INTERCAMBIO EQUIVALENTE

VERSIÓ EN CATALÀ



He soñado que recitábamos poemas circulares en una lengua desconocida y antigua, en medio de un círculo de flores y piedras, como invocando ves a saber qué. Como queriendo ver el futuro o como queriendo capturar el pasado. Tú recuerdas los sueños que yo sueño?

Me despierto pensando en ciudades de planta circular, Ctesifonte, Bagdad, la biblioteca de Nínive... Podría enseñarte las maravillas de Mesopotamia paseando por esta Europa civilizada llena de museos donde hemos ido a parar. Vamos?

Será que Borges y su tiempo circular continuan provocándome el vértigo necesario como para continuar buscando.

Será la exaltación de la amistad en las noches de sábado, comiendo la mejor pizza de Vilanova, hablando de Buenos Aires, de física cuántica, de las cosas que no haríamos nunca, de las cosas que podríamos llegar a hacer en determinadas circunstancias.

Será que nos perdemos en un paisaje de círculos concéntricos, que nos perdemos en las fronteras imposibles del infinito mientras un círculo de transmutación perfecto espera instrucciones.

Será que me provocan el mismo vértigo las ruinas circulares de Borges, el principio de incertidumbre de Heisenberg, la visión de la luna llena en medio del vacío, tus ojos, el principio de intercambio equivalente, los poemas de Al-Bayati (Eres el fuego de los bosques / el agua del río y el secreto del fuego / Una parte de ti es indescriptible /y la otra: sacerdotisa en el templo de Ishtar), los poemas que leemos en una lengua desconocida y antigua en mis sueños circulares y babilónicos.

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