domingo, 31 de marzo de 2013

SOY UN DESASTRE

VERSIÓ EN CATALÀ

Soy un desastre. No puedo recordar la mayoría de las caras y menos aún relacionarlas con nombres propios. Soy la peor jardinera del mundo. Una masacre, creedme. No me gusta cocinar. Tengo poca paciencia para hacer hervir el agua y mala memoria para recordar recetas. Mi lista de la compra la podría firmar una criatura de cinco años. Me quedo paralizada cuando entro en un supermercado y acabo sin remedio en el pasillo de las galletas. No tengo sentido de la orientación y soy capaz de desimantar una brújula sólo mirándola. A pesar de ello la gente tiene una tendencia incomprensible a seguirme.

Soy un desastre, sí. Me gusta tocar cosas que están prohibidas: botones rojos, momias ... cosas así. A menudo cruzo semáforos en rojo en presencia de niños. Soy capaz de hacer 8 horas de cola para ver de cerca a alguien a quien admiro y salir corriendo cuando le tengo cerca. No sé combinar la mayoría de colores. No me gusta ir a la montaña. No me gusta bañarme en la playa muy lejos de la orilla porque tengo miedo del Kraken. No me gusta contestar el teléfono. Un desastre absoluto.

Toco todos los animales que puedo: perros, gatos, leones, elefantes, gallinas, serpientes, cerdos ... Me muero de ganas de clonar un dinosaurio. Y tocarlo. Creo que los insectos no son animales. Decoro la casa a golpe de obsesión. Siempre creo que me electrocutaré cuando tengo que cambiar una bombilla fundida. Sufro cuando tengo que romper un huevo. Siempre pido a todos los dioses que no salga un pollo de dentro. No separo la ropa blanca y la de color en la lavadora.

Soy un desastre. La mayoría de lugares donde he sido feliz están en guerra o a punto. O ya no existen. Una vez estuve a punto de lesionar un poeta catalán importante y de edad avanzada por intentar rescatar un pájaro medio muerto.

Cuando digo que no es que no. Sueño en cinco idiomas, blasfemo en siete, amo en cuatro.

No me reconozco cuando me encuentro.

Y no he contado lo peor ...

lunes, 18 de marzo de 2013

LEJOS

VERSIÓ EN CATALÀ

Lejos no existe. Lejos es verde, escalofrío. Lejos es nunca, es pronto o son las ganas de morder cualquier cosa que nos pueda romper los dientes de madrugada. Lejos es hablar en clave porque todos escuchan y es obligatorio brillar como una estrella de papel de aluminio. Tóxica. Falsa. Fácil. 

Lejos no existe pero es un dolor y un vómito solitario de nostalgia nocturna. Lejos no existe y si existe es pesado como océano de distancias, como mirar un reloj equivocado, como bordear precipicios esperando sobrevivir. Lejos es la mitad de un nada que nos persigue, definitiva. Es hacernos expertos en esquivar las balas y medir la distancia que nos separa con relojes. No existe pero duele. Se nos da bien improvisar, acróbatas supervivientes de un circo de sillas vacías. 

Lejos es demasiado lejos. Dar forma a la nada, al vacío, al tiempo, es el privilegio de los que dibujan espirales desde donde dejarse caer. Saltar. Lejos.

miércoles, 6 de marzo de 2013

VENGO A PEDIR DISCULPAS

VERSIÓ EN CATALÀ

Me dijo, eh, venga, vamos a hacer cosas divertidas, ya está bien de dramas y de trascendencia, hay días en que una chica sólo necesita unos zapatos nuevos y salir a la calle con sonrisa de sábado. El mundo seguirá igual de miserable cuando volvamos de hacer cosas divertidas. Es bastante posible que nada haya cambiado. Pero créeme, el mundo no necesita nuestra tristeza. Ni un segundo más. Pensaré la manera de salvarnos, no lo dudes, pensaré continuamente la mejor manera de conservar los árboles, el aire limpio, las gallinas felices. Pero déjame bailar esta noche hasta que no recuerde cuándo fue la última vez que pudimos salir a la calle sin ganas de quemar contenedores. Qué tontería, como si el olor de toda esta mierda quemada pudiera disimular el auténtico hedor que sale de los despachos del último piso. Eh, tengo una idea, subamos al último piso, ocupemos la terraza y cantemos las canciones que nos inventamos cuando la noche pasa de ser noche a ser insomnio. No inventamos nada, lo sé. No seremos los primeros que cantan desde una terraza. De hecho, tengo la sensación de que todo el mundo canta ahora desde las terrazas. Quizás es la manera que tenemos de recordar que podemos caer en cualquier momento, de arriba a abajo. Caer o lanzarnos. No importa. Nos sentimos tan miserables con nuestros zapatos nuevos ... Venga, deja de buscar palabras profundas que expresen de manera oscura ese sentimiento de rechazo que tienes contra todo y contra todos, la desazón interior, el amor perdido, la belleza de los cuerpos, manos, pies, cafeterías, gatos, fotografías desenfocadas en un mundo desenfocado. Lo estoy intentando, créeme, cambiar las cosas, razonar los motivos que nos han llevado a aceptar como normal esta forma de jugarnos la vida cada día. Pero hoy, sólo hoy, estoy tan harta de gente oscura y trascendente en busca de la metáfora perfecta. Vengo a pedir disculpas porque hoy, sólo hoy, sólo por un día miserable y ridículo, necesito divertirme.