miércoles, 9 de septiembre de 2015

LOVE OF LESBIAN: EFÍMERA


LOS HECHOS

El grupo catalán Love of Lesbian ha compuesto una nueva canción que se llama Efímera. Sólo se podrá escuchar si se visita el Museo Arts Santa Mónica de Barcelona del 9 de septiembre al 4 de octubre. Después se verá en Madrid, en La Casa Encendida del 9 de octubre al 1 de noviembre. Para escuchar la canción debemos entrar dentro de una cápsula que ha diseñado Paco Lago y ponernos unas gafas de realidad virtual. De este modo podremos disfrutar la experiencia de un videoclip de 360º grabado con catorce cámaras. La canción y el video no se podrán encontrar en ninguna plataforma física o digital y todo será destruido cuando termine el proyecto Efímera.

LAS VIVENCIAS

Intentamos que nada se pierda. Queremos conservarlo todo para siempre. Aunque para siempre sea mucho tiempo, mucho más del que disponemos. Escribimos, grabamos, fotografíamos, dibujamos, construimos. Que no se pierda nada. Que dure mucho. Que seamos eternos. Y entonces llegan ellos, Love of Lesbian, nuestro grupo de música favorito, y deciden que nos ofrecerán un regalo efímero, lo que dura el instante de una canción. 

En el fondo resulta ser la combinación perfecta de la tecnología, aparentemente fría y práctica, y la emoción artística. Confieso que me gustan los contrastes, lo nuevo y lo viejo, la sorpresa de lo que va a suceder y la tranquilidad de reconocer la voz que canta. Reconocer la voz, los gestos, las miradas es como estar en casa cuando casa es un lugar seguro. Y giras. Giras sin parar. Y los tienes a tu alrededor y parece que están de verdad. Están de verdad porque justo en ese momento te das cuenta de que los límites de la realidad han desaparecido, las verdades son relativas, los sentidos nos engañan, cada persona percibe el paisaje desde un punto de vista diferente dentro de la misma cápsula. No existe ninguna verdad absoluta. Es el mismo mar y no lo es al mismo tiempo. La voz y la música se convierten en el hilo de Ariadna que nos enseña la salida del laberinto. 

Todo pasa a la vez, todo sucede al mismo tiempo en todas partes. La experiencia artística recupera entonces el sentido de la provocación, de la novedad, de la sorpresa. En este tiempo nuestro de hiperactividad y aceleración hay que estar muy atentos a lo que sucede dentro de esta cápsula porque se acaba y no vuelve. Y aunque volvamos a entrar una y otra vez hasta que nos cierren el museo jamás volverá a ser la misma experiencia porque nuestros ojos mirarán ahora arriba, después abajo, nos perderemos lo que pasa a la derecha mientras giramos hacia la izquierda. Como la vida misma. Y la realidad será verdad y mentira al mismo tiempo. Como la vida misma.

Y me parece bien que se destruya. Que sea efímero de verdad. Que solo quede un recuerdo de algo bello que vivimos una vez y que toma una forma diferente cada vez que intentamos recordarlo.  Quizás no hace falta que todo sea para siempre.

Existen las pirámides de Egipto, poderosas y eternas, y existen las auroras boreales delicadas y efímeras. Como esta canción que nace para desdibujar la realidad y ofrecer a cambio un aroma de maravilla y sorpresa.

Casi cien conciertos después sigo escuchando a Love of Lesbian con la emoción a flor de piel porque escucharlos es como volver a casa y que nunca sea invierno.

Somos efímeros. Somos recuerdos.