VERSIONE IN ITALIANO
Existe un hermoso templo japonés, el templo de Ise, en Kioto, que nos recuerda la imperdurabilitat del mundo que nos rodea. Es el lugar más sagrado del shintoismo y guarda el espejo sagrado de la diosa solar Amaterasu.
Este templo fue construido hace 1500 años y la tradición obliga a derribarlo cada veinte años para volver a construirlo exactamente de la misma manera. Así se permite que cada generación tenga la responsabilidad de volver a participar en la creación de parte de su cultura y se cumple lo que tantas veces se ha planteado a lo largo de la historia: cada generación se merece vivir su revolución, para poder seguir avanzando, para no estancarse, para no pudrirse en la autocomplacencia. Destruir para volver a construir. De lo que parece inevitable intentamos sacar el máximo provecho.
Derribemos nuestro particular templo de Ise, con el respeto que se merece, rodeados de la belleza de las flores del cerezo, y mientras lo volvemos a reconstruir quizá descubriremos nuevos detalles que hasta ahora estaban escondidos en la selva de la rutina, nuevos reflejos en el espejo divino de Amaterasu.
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