La podéis encontrar con la mirada perdida en los mapas.
No reconoce los caminos. Tiene las manos sucias de la sangre de los animales que vienen a morir a sus pies. Los acaricia, llora, los tapa con hojas secas que encuentra en los márgenes. Animales de tristeza cósmica que le ofrecen la sangre que vomitan antes de irse.
No sabéis lo que es estar perdida si no ensuciáis un mapa con una sangre que no sabes si es tuya o de la tristeza que te persigue para borrarte los deseos.