Limehouse es uno de esos barrios de Londres que no suele salir en los mapas turísticos porque está demasiado lejos del centro. Lo encontraremos entre Whitechapel y Canary Wharf, al nordeste del río Támesis y lo que podemos encontrar en sus calles no son tanto monumentos como rincones donde respirar historia de la City.
En Limehouse está uno de los pubs más antiguos y con más encanto de Londres, The Grapes, fundado en 1583. The Grapes está muy cerca del río y desde allí salió Walter Raleigh en su tercer viaje hacia América durante el reinado de Isabel I, la Reina Virgen que venció a la Armada Invencible. Raleigh fue político, pirata, escritor y unas cuantas cosas más. Trajo el tabaco y las patatas a Europa y estuvo encerrado en la Torre de Londres tres veces. La primera vez lo encerraron por ser el amante secreto de una de las damas de la reina. Cuando dejó de ser secreto y comenzó a ser escandaloso acabó en la cárcel. La segunda vez lo encerraron en la Torre durante doce años acusado de traición contra Jacob I, sucesor de Isabel. Escribió La historia del mundo. ¡Doce años bien aprovechados! A la tercera lo decapitaron. Parece ser que había intereses coloniales españoles por medio, espionaje, traiciones...
Varios siglos después sería Charles Dickens quien se paseaba por Limehouse y visitaba The Grapes. En alguna de sus obras describe el barrio como un fumadero de opio inmenso. De hecho, Conan Doyle envía a Sherlock Holmes a buscar opio a Limehouse en alguna de sus aventuras.
Actualmente Limehouse es un lugar bastante tranquilo frecuentado por el actor Ian McKellen que es cliente de The Grapes como lo fueron Raleigh, Dickens y Holmes en su momento.
No sabemos si la señora Mary Smith sería también clienta del famoso pub. Mary Smith vivía en Brenton Street y era un despertador humano. El trabajo de despertador humano, knock upper, era habitual en la época de la Revolución Industrial y hasta los años 20 en Irlanda y Reino Unido. Las personas que se dedicaban a esto llevaban un palo muy largo e iban por las casas de los trabajadores que los contrataban picando en las ventanas hasta que se aseguraban de que estaban bien despiertos y que no llegarían tarde al trabajo.
Mary Smith |
Algunos usaban una especie de cerbatana para disparar los proyectiles. Mary Smith tenía una puntería fantástica y se paseaba por Limehouse lanzando guisantes a las ventanas. Insistía e insistía y cuando se le acababa los guisantes lanzaba piedras u otros frutos secos. Llevaba con ella a su hija Molly que aprendió a disparar guisantes tan bien como su madre. La familia Smith fueron despertadores humanos durante más de 60 años y parece ser que Molly fue la última de Gran Bretaña.