Belleza, terror, memoria, magia.
Estos
son algunos de los ingredientes que utiliza el brillantísimo Neil
Gaiman para construir su nueva novela, The ocean at the end of the lane
. Se
está hablando mucho sobre el regreso de Gaiman a la literatura para
adultos pero en realidad nuestro autor se mueve siempre entre fronteras, entre la realidad y la fantasía, el sueño y la vigilia, la vida y
la muerte. De modo que no siempre resulta fácil dividir su obra en novela juvenil o novela para adultos. Y
esto es porque Gaiman escribe condenadamente bien y nos ofrece buenas
historias, inquietantes, en el límite de la normalidad bienpensante (seguramente por eso una joya de libro como Neverwhere ha sido prohibido hace pocas
semanas en Nuevo México por contenido inmoral) Y la buena literatura está pensada para buenos lectores independientemente de su edad.
Gaiman se mueve con la misma facilidad en el territorio de la novela gráfica (sólo The Sandman justificaría su existencia), el guión cinematográfico, los cuentos infantiles (Fortunately, the milk es la última, maravillosa y delirante historia infantil que ha publicado y que se podrá encontrar en castellano en pocas semanas) y la novela para adultos. Siempre con ese punto inquietante y oscuro, como si los mejores cuentos de hadas victorianos, los que nos hacen estremecer y mirar debajo de la cama antes de acostarnos, se hubieran trasladado a nuestra época.
The ocean at the end of the lane es la historia de todas las oscuridades y los monstruos que nos acompañan a lo largo de nuestra vida. El protagonista recuerda un momento dramático de su infancia en el que criaturas malignas se despiertan para devorarlo a él y a todo su mundo. Una especie de Mary Poppins tremendamente sádica y gore se instala en su casa y la peculiar familia de mujeres que vive en la granja al final del camino le ayudarán a enfrentarse con el terror primigenio. Mujeres que juegan con el tiempo y con el espacio, que han estado allí desde siempre y que siempre estarán, que le ayudan a recordar y a sobrevivir. Hasta las últimas consecuencias.
La muerte, el dolor, el terror, la vida entre fronteras, los márgenes de la realidad y de las pesadillas, aquella sensación de caminar entre nieblas tan familiar cuando leemos a Gaiman... Todo esto y más es lo que se esconde en el océano al final del camino que recorre nuestro protagonista para buscar la salvación .
Si la encuentra o no... en fin... estamos hablando de Neil Gaiman así que no hay una única respuesta válida .
The
Ocean at the end of the lane se puede encontrar traducida al castellano
por Mónica Faerna y publicada por Roca Editorial desde hace pocas
semanas.Gaiman se mueve con la misma facilidad en el territorio de la novela gráfica (sólo The Sandman justificaría su existencia), el guión cinematográfico, los cuentos infantiles (Fortunately, the milk es la última, maravillosa y delirante historia infantil que ha publicado y que se podrá encontrar en castellano en pocas semanas) y la novela para adultos. Siempre con ese punto inquietante y oscuro, como si los mejores cuentos de hadas victorianos, los que nos hacen estremecer y mirar debajo de la cama antes de acostarnos, se hubieran trasladado a nuestra época.
The ocean at the end of the lane es la historia de todas las oscuridades y los monstruos que nos acompañan a lo largo de nuestra vida. El protagonista recuerda un momento dramático de su infancia en el que criaturas malignas se despiertan para devorarlo a él y a todo su mundo. Una especie de Mary Poppins tremendamente sádica y gore se instala en su casa y la peculiar familia de mujeres que vive en la granja al final del camino le ayudarán a enfrentarse con el terror primigenio. Mujeres que juegan con el tiempo y con el espacio, que han estado allí desde siempre y que siempre estarán, que le ayudan a recordar y a sobrevivir. Hasta las últimas consecuencias.
La muerte, el dolor, el terror, la vida entre fronteras, los márgenes de la realidad y de las pesadillas, aquella sensación de caminar entre nieblas tan familiar cuando leemos a Gaiman... Todo esto y más es lo que se esconde en el océano al final del camino que recorre nuestro protagonista para buscar la salvación .
Si la encuentra o no... en fin... estamos hablando de Neil Gaiman así que no hay una única respuesta válida .
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