Verona es la versión poética de nuestros sueños.
Nos recibe con niebla y lluvia, con árboles iluminados como estrellas caídas.
En Verona rosas pequeñas sobreviven al frío de los jardines públicos, tantas flores, hojas doradas de otoño, bellotas... En Verona buscamos cafeterías donde sentarnos a observar a la gente que camina por las calles húmedas de los sueños que soñamos cuando llegamos a Italia.
En Verona está Julieta esperando eternamente a Romeo, el balcón, la casa, la tumba ... Julieta dulce que me recuerda que siempre es mejor evitar los amores suicidas e imposibles. A pesar de todo Verona sigue llenándose de corazones que laten, entre los mercados de navidad, luces como lágrimas que decoran las plazas de la ciudad, olor a castañas, turrones, chicos de ojos azules que olvidan pesar los plátanos en el supermercado, compartir conversación con Manuela, las clases en Linguait, descubrir librerías, leer poemas de Erri de Luca, aprender palabras nuevas, recordar palabras antiguas, buscar el sol y el paisaje a la orilla de del río, cipreses, paisaje dorado, soñado.
Me quedaré un rato más aquí, cerca de la Piazza delle Erbe, con sombrero, guantes y abrigo, saldrá la luna, me quedaré dormida, prepararemos café, recordaremos pesar la fruta en el supermercado PAM de la Via dei mutilati, decidiremos nuevas rutas, descubriremos puentes, castillos, cuentos ... Me quedaré aquí un rato más ...
Verona es la versión onírica de nuestros poemas.
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